domingo, 18 de septiembre de 2011

Terremoto del 85


REMEMBRANZA
Escrito por Macaco007

Era por la mañana, mi abuela y yo corríamos para alcanzar el camión de la ruta 49-A de la extinta Ruta-100 cuando de repente me detuve pues me sentí mareado. Mi abuela gritó atrás de mi: "Esperate que me va a dar una embolia". "A mi también" le contesté tontamente. Pero entonces nos dimos cuenta de que no eramos nosotros, sino la tierra la que se movía bajo nuestros pies.

Al poco tiempo se detuvo, a pesar de que duró demasiado y fue muy intenso no creímos que hubiese habido consecuencias. Al poco rato en mi salón de clases en donde había junta de padres de familia, llegó un oficial de policía que nos advirtió que no fueramos al centro, ya que parecía que se habían caído algunas cosas por el sismo.

Me dejaron salir junto con mi abuela. Al llegar a casa y ver las noticias nos dimos cuenta de la verdadera magnitud del desastre.

26 AÑOS DE DISTANCIA

Para algunos esto quizá no forme parte de su memoria. Quizá sea mejor que así sea, ya que no es nada envidiable. No obstante es bueno reflexionar que fue sólo a partir de este evento que se comenzó a prestar atención a la Protección Civil y a la educación de la misma para que, en futuras eventualidades, los daños se minimizaran al máximo.

Pero la memoria del mexicano es ingrata. Como parece ya un hecho perdido en el tiempo, el hombre actual piensa que ya no importa respetar salidas de emergencia, normas de protección civil y de civilidad básicas. Cuántas veces me he tropezado con un vendedor en las escaleras, o con puestos autorizados en lugares en donde si vuelve a ocurrir una desgracia puede ser factor de la pérdida de muchas vidas.

En fin, las ondas sísmicas también se prolongan en mi memoria y sólo dejé salir un poco de presión a fin de no opacar este 19 de septiembre con un deceso de neuronas más.

Saludos.

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